Situación del partido:
Cuando ?
04-05-2004
En que temporada ? 2003/2004
A que hora ? 20.45 horas.
Donde ? En el estadio de Riazor, en A Coruña (España).
Situacuón: Partido de vuelta de las semifinales de la Champion League, disputado ante unos 35.000 espectadores.
CRÓNICA:
Riazor se llenó de lágrimas negras cuando se veía a las puertas del
cielo, la cima europea, el cruel del penalti fallado por
Djukic que le costó una Liga (14 de mayo de 1994). El dinámico y
tácticamente impecable Oporto de Mourinho apeó al Depor
de la final de la Champions tras tomar Riazor (0-1) con un gol de
penalti, palabra tabú en Riazor, transformado por Derlei. El genial Deco
y Maniche impusieron recorrido y clase frente un grupo atenazado por lo
mucho que estaba en juego... Otra vez tanto remar, que dijo Fran, para
ahogarse en la orilla.
El Depor salió nervioso, frenético,
demasiado responsabilizado por lo que le iba en el envite histórico. De
ese exceso de revoluciones se aprovechó un Oporto tan táctico como
descarado, como siempre, con Maniche en el centro de las operaciones y
un Deco que burlaba una y otra vez la que se suponía 'estrecha'
vigilancia de Sergio y que se quedó en un marcaje zonal por el que el
'diminuto' no se cansó de abrir vías de agua. Sólo Luque tirando de
velocidad lograba poner con cuentagotas un poco presión sobre las zonas
de remate de Pandiani. Fútbol trabado, demasiadas revoluciones porque al
eje sobre el que gira la creación gallega, el maestro Valerón, le habían echado el candado.
Poco de orden y concierto, nadie ponía la pausa en lo que se convirtió
en un correcalles sin tres pases seguidos. Malas sensaciones para
Riazor.
Aún así, el Depor tiró al retrete un par de lindas oportunidades en un primer acto vertiginoso. Valerón se vio solo en las narices de Baía,
tras un envío de cabeza cuando se cumplía la media hora. El
centrocampista despilfarró la ocasión porque creía tener un defensa
sobre su cogote, echando fuera un balón franco cuando disponía de un par
de días para pensar el remate. Después, Pandiani mandó al limbo otra de
chilena tras un desborde de Luque por la izquierda. Demasiada
floritura. Y el Oporto, con Costinha cubriendo terreno como una
cosechadora, que reculaba pero nunca perdía la cara, siempre punzantes.
Derlei, Deco, Carlos Alberto y Maniche demostraron ser peloteros de
altura, dinamismo a chorros, con clase además de recorrido.
El segundo acto se inició con un susto tremendo para Riazor, aviso del castigo posterior.
Un remate de Derlei tras un envío cruzado, con veneno al segundo palo
del genial Deco, que cruzó de punta a punta el área chica deportivista.
El delantero la estrelló en el palo derecho a metro y medio de la línea
de gol. Seguidamente, llegó otra contra mortal que el omnipresente Deco
le puso en bandeja a Derlei y que César tirándose al suelo llegó a tapar
con Molina a media salida. A Riazor le apretaba más y más la soga al cuello que tendió Mourinho. El Oporto, suelto, asomaba sin descanso martilleando constatemente el área local.
La afición y los jugadores de se dieron cuenta más que nunca del peaje
de sufrimiento consustancial a estos partidos de la cima Europea. Deco,
el 10 de morado, inventó el roto decisivo con otro fogonazo suyo,
exclusivo. Suelto como un diablillo, el habilidoso extremo burló por
habilidad y velocidad a Manuel Pablo para provocar un enganchón de César
en la esquina derecha del área deportivista, en el mismo callejón del
10 que él dignifica en su espalda. El central pecó de novato porque no
era necesario irse al suelo y el luso-brasileño, de listo. Derlei se
encargó de transformar sin piedad, aunque Molina adivinara sus
intenciones.
La heroica otra vez era cuestión de vida o
muerte en Riazor. 35 minutos por delante para descontar un gol de
desventaja, marcar dos o la final era el más cruel de las pesadillas.
Toque de corneta de Irureta, todos para arriba frente a un enemigo tan
fiable y con tanto oficio como el más reputado grupo italiano. Y en el
minuto 69, otra en la frente: Naybet expulsado por doble amarilla. Lo
que quedaba de potable en el banquillo, al césped. Tristán por Sergio y y
Fran por Luque. No había más remedio que tirar de soluciones de
emergencia y con un hombre menos.
Lástima, el Depor se consumió en impotencia, a fuego lento en el guiso de Mourinho.
La telaraña de atrás portuguesa era tupida, no concedía un solo metro y
los de arriba, el Maniche, Deco y compañía no dejaban de picar a la
mínima. Pasaban los minutos, y todo era imprecisión y angustia,
envíos fallados y aullidos y agobios en la grada. Las luces se apagaron
arriba porque no hubo ni un solo destello, algo de esperanza a lo que
agarrarse en los minutos finales.
FICHA TÉNCNICA:
Deportivo: Molina - Manuel Pablo, Cesar, Naybet, Romero - Duscher,
Sergio (Diego Tristan 66), Victor (Scaloni 54), Valeron, Luque (Fran 71)- Pandiani
Oporto: Paulo Ferreira, Jorge Costa, Ricardo Carvalho, Nuno Valente - Costinha, Maniche,
Pedro Mendes (Bosingwa 88) - Deco, Derlei (McCarthy 90+1), Carlos Alberto (Pedro
Emmanuel 67)
Árbitro: Pierluigi Collina (Italia).Amonestó a Naybet (11), Diego Tristan (90) Porto:
Carlos Alberto (34), Pedro Mendes (80). Expulsó a Naybet en el 69'
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